Moxibustión

En occidente se ha adoptado la palabra Acupuntura para traducir el término chino “Tchen-Kiou 針與火”. Esta palabra fue utilizada por primera vez en nuestros paises en el año 1683 por el inglés W. Ten Rhyne en el título de su obra “Dissertatio de arthritide of acupuncture (disertación a propósito de los reumatismos sobre la acupuntura)”.

Este término no era del todo correcto ya que la acupuntura o el término Tchen-Kiou no se limitaba solo a la inserción de agujas en puntos concretos, sino que incluye también cauterizaciones específicas llamadas moxa. La prueba de ello es que la propia palabra Tchen-Kiou significa “aguja y fuego”.

En occidente esta técnica ha sido considerada como un complemento de las agujas, pero debería considerarse en el mismo plano con total igualdad.

Acupuntura y moxibustión son llamadas pues Tchen-Kiou y los chinos antiguos decían que “que si la mujer soporta la mitad del cielo, la moxibustión soporta la mitad de las enfermedades”.

La Moxa se compone de la planta artemisa que es molida y separada de los tallos y ramas para formar un polvo.

Antiguamente se aplicaban bolas de artemisa directamente sobre los puntos de acupuntura y la incandescencia de esa pequeña bola dejaba a su nivel una pequeña quemadura. El médico japonés Ku Zuo comenta que “una vez que el maestro había aplicado moxas resultaban cicatrices de quemaduras que indicaban en el cuerpo del paciente los puntos y le ahorraba una segunda visita”.

El carácter popular y familiar de la moxibustión no dejó de crecer en el curso de los siglos por el hecho de su fácil aplicación. Este fue el caso particular de Japón, los japoneses comercializaban y aun en nuestros días pequeños granos de artemisa, aproximadamente del tamaño de una lenteja que el propio paciente puede usar el mismo. El inconveniente de estos pequeños granos es que marcan ligeramente la piel y en segundo lugar al ser tan pequeños permite el principiante un mínimo margen de error para la localización del punto exacto.

De cualquier modo el rollo o puro o cigarro como se le suele denominar en occidente, permite un mayor margen de maniobra, y no existen los inconvenientes de los granos.

El nombre origianal chino es Kao y el origen del nombre Moxa proviene de la palabra japonesa “Mokusa” “Mo” significa quemar y “Kusa” hierba.

TIPOS

La moxa se presenta en granos, brotes u hojas seca de artemisa o conos, si es directa o indirecta usándolo sobre una base de jengibre o sal, o con rollos (puros), también a través de la aguja en el extremo superior.

Como actúa:

Se puede decir que el calor aplicado sobre la zona precisa, o el resonador de acupuntura, refuerza extraordinariamente su efecto con relación a su aplicación sobre una superficie  extendida como por ejemplo una lámpara de infrarrojos, ya que no se trata de la termoterapia general sino de acupuntura a través de la cauterización en lugar de la aguja.

El estudio histológico de la piel demuestra que los estímulos son conducidos por los nervios desde la periferia hacia el cerebro. Es la red de partida que toma la información y la acción reflexoterápica o neurológica. Se sabe que la piel posee receptores distintos para captar loes estímulos que vienen del exterior, hay tipos de receptores para la sensibilidad y para el dolor sobre los que actúa la aguja de acupuntura sin que por ello la punción sea realmente dolorosa, pero también existen otra parte de tipos de receptores para el frío y el calor denominados “corpúsculos de Krause, red de Ruffini y vías termo analgésicas”. Es a través de estas últimas formaciones que se vehicula el estímulo del calor hacia el cerebro.

La acupuntura en definitiva es la ciencia que ha sabido explotar mejor las propiedades nerviosas de la piel con un fin terapéutico con las agujas y moxa, pero también con masajes, presiones, lo que ha dado lugar a técnicas de Do In, de Shiatsu y de acupresión, por sólo hablar de las más conocidas.

La artemisa produce, en incandescencia, un calor de entre 500 y 600 grados C y un espectro de infrarrojo que la tradición asiática ha adoptado definitivamente puesto que da los resultados más satisfactorios.

El rollo de artemisa, mantenido a una distancia suficiente por encima de la piel par ano quemarla, no produce evidentemente ningún inconveniente, no deja ningún rastro y por esa razón constituye la técnica más usual.

En Asia, desde que la acupuntura existe, es tradicional que los médicos indiquen este tratamiento a sus pacientes, como complemento del tratamiento de agujas puntos de acupuntura precisos en función del síntoma que el paciente presenta y que en algunas ocasiones puede tratarse el mismo mediante la moxa.

El principio del calor

Hasta hace unos años era extraño para un occidental el uso de las moxas, mientras que el principio del calor se aplicaba a menudo mediante cataplasmas, bolsas de agua caliente, paños calientes o incluso con el secador de pelo.

M´sa recientemente y de forma más científica, la medicina física explota el calor de las irradiaciones infrarrojas. Se sabe que las sesiones de infrarrojos tienen a menudo efectos beneficiosos sobre reumatismos por citar algún ejemplo.

Pero la utilización del calor adquiere una eficiencia considerable si se emplea un foco muy pequeño y muy caliente sobre zonas precisas del cuerpo; los puntos de acupuntura, cuyas propiedades para aliviar diferentes patologías son conocidas desde hace milenios.

En este caso, el propio efecto del calor se combina con el efecto reflexoterapéutico prodigioso de la acupuntura, cuya prueba es innecesario aportar si recordamos el poder de la anestesia acupuntural para las operaciones quirúrjicas por ejemplo.

Con terapia de Moxa se pueden patologías como:

Abscesos, acné, acúfenos, aerofagia, afonía, aftas, anemia, anginas, ansiedad, asma, bronquitis, calambres, catarros, cefaleas, cólicos, depresión, desintoxicación por alcohol y otras substancias, diarrea, dismenorrea, dispepsia, dolores (cadera, hombro, rodilla, tobillo, espalda, extremidades, dientes, reglas, etc.), eccema, enfisema pulmonar, enuresis (orina), estreñimiento, fatiga, flacidez, halitosis, herpes bucal, herpes zoster, herpes general, hemorroides, hepatitis, hipertensión, hipotensión, hipertiroidismo, hipotiroidismo, hipo, indigestión, impotencia, insomnio, insuficiencia lactante (Hipogalactia), insuficiencia respiratoria (IRC), insuficiencia suprarrenal, lumbalgia, mal aliento, malposición fetal, mareos, mioma, nerviosismo, neuralgia del trigémino, neurodermatitis, neuralgias, orzuelo, palpitaciones, paperas, parálisis facial, picores, presbicia, psoriasis, reglas excesivas (menorragia), reumatismo, tabaquismo, taquicardia, tortícolis, tos, urticaria, vejiga débil, vértigos, vómitos, zumbidos en oídos. Etc…

Scroll hacia arriba